Descripción
En esta obra introspectiva y personal, el espectador se adentra en un autorretrato que explora dualidades y perspectivas internas. La pieza presenta dos cabezas, ambas representándome a mí mismo, una con los ojos abiertos y la otra con los ojos cerrados. Entre ambas cabezas se encuentra una ventana con las cortinas entreabiertas.
La cabeza con los ojos abiertos refleja la expresión consciente y alerta, conectada con el mundo exterior y receptiva a las experiencias externas. En contraste, la cabeza con los ojos cerrados representa la introspección y el mundo interno, cerrando los ojos para mirar hacia adentro y explorar los pensamientos y emociones personales.
La ventana con las cortinas entreabiertas actúa como un punto de unión y separación entre estas dos realidades internas. Las cortinas entreabiertas sugieren la posibilidad de conexión y la permeabilidad entre los dos estados de conciencia, permitiendo la entrada de luz y la introspección.